José Javier y su esposa María Pilar no dudaron ni un minuto en dejar de lado sus vacaciones en la playa y regresar a Zaragoza ante la llamada de un hijo que decía encontrarse indispuesto. No sabían que ya por la noche el vástago iba a asesinar al padre de familia con 56 puñaladas y herir de gravedad a la mujer. De esta trágica manera ponía fin a una dura convivencia en la que estaba muy presente el alcoholismo que sufría Héctor López Ferrer. Un doble dolor que ha llevado a la madre y a la hermana del acusado a pedir la mayor de las condenas: la prisión permanente revisable.
Una madre pide prisión permanente para su hijo por matar a su marido en Zaragoza
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