La morosidad bancaria sigue sin aparecer. Ni la crisis provocada por la pandemia ni los crecientes problemas económicos que está causando la espiral inflacionista han hecho de momento que los impagos de créditos aumenten. La tasa de préstamos de dudoso cobro bajó en junio del 4,08% al 3,8% de los créditos totales, con lo que cayó por debajo del 4% por primera vez desde enero de 2009 y alcanza su nivel más bajo desde los albores de la Gran Crisis Financiera. Por ponerlo en perspectiva, en diciembre de 2013 llegó a alcanzar un máximo histórico del 13,77% y en diciembre de 2019, justo antes del estallido del coronavirus, se situaba en el 4,78%.